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Fieles peregrinan hacia Catedral de Caguas para conmemorar natalicio del Beato


En horas de la mañana del pasado lunes, 3 de septiembre llegaron en peregrinación diocesana hasta la Catedral Dulce Nombre de Jesús en Caguas, fieles, religiosas y el clero mayagüezano para conmemorar los 100 años del natalicio del Beato Carlos Manuel que se cumplirán el próximo 22 de noviembre.


Con un templo lleno, se hizo el rezo del Rosario que dio paso a la Santa Misa presidida por Monseñor Álvaro Corrada del Río, SJ, Obispo de la Diócesis de Mayagüez.


Durante la homilía, Mons. Corrada destacó que en Puerto Rico hay santos y santas, no solo en los altares, sino en el día a día. Tomó como ejemplo los hombres y mujeres que están siendo considerados para los altares como Madre Dominga Guzmán, fundadora de las Hermanas Dominicas de Fátima; Madre Soledad Sanjurjo de la congregación de las Siervas de María; el venerable maestro Rafael Cordero Molina, y Mons. Romualdo Ortiz, sacerdote de la Diócesis de Mayagüez.


Agradeció a todos los peregrinos por su presencia en la Catedral y compartió que San Pablo dijo: “Yo no miro lo que quedó atrás, yo miro al frente”. Con estas palabras exhortó a mirar “al frente, a Cristo que nos ha precedido muriendo en la Cruz”.


Señaló que debajo de la Catedral está la aldea taína del cacique Caguax, “donde están nuestras raíces” razón por la que sostuvo que Caguas es ciudad criolla. “[…] Tenemos que entender que el criollismo, el puertorriqueñismo es lo que le da vida a nuestro pueblo, lo que le da espiritualidad. […] ¿Qué les quiero decir? Siéntanse seguros y apoyados en su sangre, en su fe, en su cultura, en su esperanza. Miramos al pasado, pero no nos quedamos mirando al pasado, nos movemos al futuro, al frente”.


Refiriéndose a lo que fue la vida del Beato dijo que este también pasó por una noche oscura, sintiendo que Dios lo había abandonado. “Todos nos sentimos en cierto momento abandonados de Dios. Nos llega la noche oscura, nos llega el dolor, la incertidumbre, la miseria de la situación humana, de nuestros pecados, de la situación que nos rodea, pero estamos aquí. […] Para ser santos y santas hay que apoyarse en Dios completamente como hizo el Beato”, comentó el Obispo.


Recordó que tuvo la oportunidad de conocer al “Santo de Caguas” como le decían, cuando estaba en el Seminario en Aibonito, pero que contrario al “gigante” que esperaba este era “flaquito, bajito, pálido, delgadito, andaba con unos zapatones y entró y todos nos quedamos mirando, admirados de aquel hombre joven […]”.


Subrayó que fue en la Catedral donde en los años 50 comenzó todo el movimiento litúrgico de Puerto Rico impulsado por “este hombre que miraba al futuro”. También contó que en la historia de su vida aparece una joven del centro católico de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras que quiso casarse con él, pero que Carlos Manuel optó por ser un laico célibe dedicado al Señor. Culminó la homilía diciendo, “si tú sacas algo de esta peregrinación es ‘llevarte a Cristo por delante’”.


Aprovechó la ocasión para presentar a los recién ordenados sacerdotes durante los meses de junio y agosto, P. Milton Morales, P. Alberto González y P. Eric Bosques. Acto seguido, Mons. Corrada entregó el Tríptico de la Misión Continental a P. Jorge Caro, decano del Decanato de Aguadilla, a Padre Urian Pérez del Decanato de San Germán y a Mons. Humberto López del Decanato de Mayagüez.


Una vez el Obispo dio la bendición final, el pueblo salió del templo para hacer una procesión alrededor de la plaza pública con la imagen del Beato.


Nilmarie Goyco Suárez Twitter: @NilmarieGoycoEV n.goyco@elvisitantepr.com


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